de mil enjambres asustados
he vuelto a sentir las diminutas pistas
que fui sembrando en mil pelusas sordas
mientras volaban nudos
vuelve el zumbido entre mis dedos trapo
pruebo a silbar sin mecedoras ni sal
mientras vacío un imperdible fuego
vuelvo a sentir todas las redes garfio
confieso aún agazapada el viento
que siempre aturde mis zapatos rotos
vuelvo a nadar sin elefantes blancos
amordazando las cornisas cero